Críticas eliterarias
Ubú Conde
de
Juez Jarry
Farsa dramática sobre los excesos del
poder y los poderes del exceso. Ubú Conde es un noble arribista sin linaje
procedente de un oscuro país meridional que, merced a negocios inconfesables en
confesionario, se hace con el Banco Provenzal. Desde los sillones con dosel del
Consejo Aúlico de Administración, este conde innobiliario logra amasar en menos
que se cantan unos maitines, una ingente fortuna. Tuno, no duda en utilizar
sociedades florentinas como tapadera, hacerse transferencias a paraísos
fiscales genoveses, emitir bulas comerciales sin fondos e intervenir en el
tráfico de influencias cardenalicias. Pero la curía regente, que ve así
mermados sus privilegios, se cansa de tan chulo personaje y lo declara “Conde
non Grato”, despojándole de su posición en el banco y poniéndole en manos de la
justicia. El juez que primero investiga su causa, Juez Garcigómez de Liaño,
luego de absolverle es denunciado a su vez por prevaricación y alevosía,
tocándole proseguir el caso a otro juez de la Audiencia Nuncional. Ubú Conde no
se resigna a su suerte y con el dinero amasado logra introducir en la prensa
del país algunos escándalos que guardaba en la manga de su falsa toga,
escándalos que empañaban el prestigio de la monarquía reinante que le había
despojado: terrorismo de Estado seglar, estado de cuentas parroquiales sin
saldar, financiación ilegal del Tesoro por medio de franquicias solapadas en la
venta de jubones de Hispania, corrupción de los mandamás del partido vaticano
socialista. El valido del rey, el Duque de la Gonzalera, afectado por tantos
escándalos, escándalos cuyo vocero es el diario central El Inmundo, vese obligado a dimitir y ceder el poder a la
OPUSición.
El
Banco Provenzal es vendido al mejor postor, o impostor, llevándose el gato al
agua bendita, y luego a su patrimonio, el Banco Saint Ander, no ajeno a los
poderes causantes de la desgracia de Ubú Conde.
Dividida en tres actos y
un desenlace en soborno, la obra de Juez Jarry tuvo un gran éxito en su tiempo.
Hoy ha perdido vigencia, pues tales casos no se dan en nuestra democrática
sociedad, lo que le quita mordiente a la historia.
Editado por la Biblioteca
de Autores Poscristianos, su lectura, o mejor la asistencia a su improbable
representación, es recomendable para Condes o Rubios con fragancia de la Rosa
de Kio.
Con el libro se regala un
útil “Diccionario de estafas y otros pecados capitales”.
Lambert
O’Really
Crítico de su
Majestad