El
último Mesías
En "El último Mesías" de Zapffe, la
figura titular aparece al final y hace el siguiente pronunciamiento
burlonamente socrático y bíblicamente paródico: «Conoceos a vosotros mismos:
sed infértiles y dejad la tierra en silencio tras vuestra paso». Según imagina
Zapffe la escena, las palabras del último Mesías no serán bien recibidas: «y
cuando hubo hablado, todos se abalanzaron en tropel sobre él, encabezados por
los fabricantes de chupetes y las comadronas, y le enterraron en la uñas de sus
dedos». Semánticamente hablando, el último Mesías no es un mesías, porque no
salva a nadie y es borrado de la memoria humana por un grupo vigilante cuyos
cabecillas son «los fabricantes de chupetes y las comadronas». Por otra parte,
una resurrección parece lo menos probable en el futuro del último Mesías.
(Ligotti, Thomas, La conspiración contra la
especie humana)