Artistas extravagrandes XIII
Don
Damián de Villoslada, arquitecto del siglo XVI tuvo la idea, que no prosperó,
de erigir catedrales individuales para la meditación, capillas de torre muy
alta y con espacio solamente para que una persona se sumiera en la indescifrable
paz del rezo sucesivo. Infiel al arbotante y a la jamba convexa, don Damián de
Villoslada sostenía que los grandes espacios de oración, pese a los halos
pleocroicos que desprenden los vitrales, distraen del objeto de contrición que
deben tener los recintos de oración. La noticia la he recogido de Ramón Gómez
de la Serna, quien fuera admirador de las metrópolis con fulgentes chapiteles y
pináculos ornados.
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