lunes, 7 de enero de 2019

Degollad los cisnes – 1


Los poetas no siempre son comedidos en sus versos. De vez en cuando asoma la bestia interior y, con fuerza flamígera, destrozan al competidor o al enemigo con versos mordaces como lija, versos con dientes afilados y llenos de veneno.
            Pero si hay una época en España donde los poetas se zaherían en potente verso, ese fue el siglo de oro. Conocidas son las rencillas entre Góngora y Quevedo, Góngora y Lope de Vega, Lope de Vega y Cervantes, Alarcón y Quevedo... Por ejemplo, Quevedo dedicó estos injuriosos versos a Góngora:

Yo te untaré mis obras con tocino,
porque no me las muerdas, Gongorilla,
perro de los ingenios de Castilla,
doctor en pullas, cual mozo de camino.

Pero Góngora, que no era manco (como Cervantes), no se amilanó y zahirió así al cojo Quevedo:

Anacreonte español, no hay quien os tope,
que no diga con mucha cortesía,
que ya que vuestros pies son de elegía,
que vuestras suavidades son de arrope.

Nótese ese culterano “vuestros pies son de elegía”, uno de los insultos más refinados que jamás he visto escrito. Refiérese el poeta cordobés a los pies de Quevedo, desiguales por la cojera, comparándolos, extrema sutileza, con la “elegía” composición lírica formada por dísticos de versos desiguales. Pero Góngora también la tiene tomada con Lope de Vega, a quien escribe:

Dicen que ha hecho Lopico
contra mí versos adversos;
mas si yo vuelvo mi pico,
con el pico de mis versos
a ese Lopico lo-pico.

En otra ocasión, cuando Lope publica al frente de La Arcadia -lo que algunos interpretaron como pretensiones nobiliarias- un escudo lleno de torres, Góngora le larga un mordaz soneto, que comienza:

Por tu vida. Lopillo, que me borres
las diez y nueve torres del escudo,
porque, aunque todas son de viento,
dudo que tengas viento para tantas torres.

Y esto es lo que decía, entre otras lindezas, Lope de Góngora:

-Conjúrote, demonio culterano,
que salgas deste mozo miserable,
que apenas sabe hablar (caso notable)
y ya presume de Anfión tebano.

(Continuará…)

Zaragoza, 7 de enero de 2019

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