miércoles, 14 de enero de 2015

Los ancianitos amables



Los ancianitos amables. Los viejitos candorosos. Es casi un tópico el que los ancianos sean dulces, tranquilos y cariñosos, así como que los infantes sean inocentes, confiados y amorosos. De estos tópicos se valen las películas de horror donde los ancianitos no son precisamente angelitos arrugados o los niños se convierten en muñecos diabólicos. El contraste funciona. Pero si lo analizamos con mayor profundidad, no es infrecuente encontrar entre los muy mayores a seres avinagrados y rencorosos que se vengan de los más jóvenes o los más ágiles, sean estos sus hijos, vecinos o miembros del mismo asilo. Y de la crueldad de los niños saben bien los enseñantes (y los mayores que tenemos buena memoria de malas memorias). Saben de los niños matones y precoces que humillan y martirizan al débil o al tímido. Es moneda corriente en nuestras escuelas.
            Un ancianito armado, como los de la foto, es alguien contra el que precaverse. Debido al Parkinson, u otros temblores propios de la edad, es fácil que aprieten el gatillo y se les dispare la bala fatal.

Zaragoza, 14.01.15

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