¿Cómo
se les explica hoy a los jóvenes el concepto de Dios? Sí, ya sé que lo mejor
sería no decirles nada, olvidarnos de tan adusto señor, pero si hubiera que
hacerlo, aunque fuera para explicarles la importancia que tuvo en el pasado y
la culpa que tiene hoy en las guerras que asolan nuestras geografías, ¿sería
indicado utilizar conceptos trasnochados, hablar del Génesis, de la
omnisciencia, explicarle las vías tomistas y demás escolasticismos pasados de
moda? ¿Por qué no utilizar nuevos símiles y decirles, como bien lo expresa el
personaje del dibujo, que Dios fue el software primigenio, que el programa se
llama vida o existencia, y que el videojuego en el que estamos inmersos se
llama Mundo o Realidad u otro nombre grandilocuente a la par que genérico?
Ellos entenderían mejor estos símiles, habituados a los videojuegos, donde hay
héroes y señores tan poderosos como semidioses. Pero si bien el símil del
software primigenio pudiera explicar a Dios, ¿cómo explicar la religión?
¿Serían como las instrucciones de un juego? Aquí quizá sería mejor utilizar
otro símil no ajeno a la juventud, uno que pertenezca al mundo de los narcóticos.
Porque, ¿en qué se diferencia la religión del LSD o el éxtasis, que es palabra
mística? Las dos opciones sedan por medio de una fuente externa. Claro que si
hablamos de sedar, sería más adecuado utilizar el opio. Además sería una imagen
ya utilizada: la religión como opio del pueblo. Pero el opio no está de moda
entre los jóvenes. Cambiémoslo por la maría o el hachís. ¿Y el infierno? ¿Cómo
explicarles que el programador todopoderoso ha creado un infierno para castigar
a quienes no se someten al juego o que, sometiéndose, no superaran las pruebas
a las que el juego obliga? ¿No verían en este Dios un sucedáneo de Saurón? ¿Y
dónde ubicamos aquí a Gandalf? ¿Ejercería de sumo pontífice, por eso del báculo
y la túnica blanca? ¿Y en que consola jugamos, y con qué mandos? Mejor, como he
sugerido al principio, sería no decirles nada de este obsoleto personaje.
Zaragoza,
01.11.17
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