miércoles, 3 de enero de 2018

Comida basura

La polémica de la comida está de nuevo en candelero. Aunque mejor sería decir que “está servida”. Una franquicia de comida rápida ofrece, bajo el machista lema de “come como un hombre”, una triple hamburguesa que aporta el 70 % de las calorías necesarias para un muchacho, o la mitad de las que necesita un adulto. Aparte del lema (¿por qué no “come como un animal” o “come como una bestia”?) la polémica se centra en ofrecer por un módico precio comida supercalórica y con grasas saturadas que sientan como un tiro al organismo. Yo no soy partidario de que se prohíba este tipo de comida, ni su publicidad. Cada uno es libre de suicidarse a su manera. Y me fastidia esa moda venida de Norteamérica de demandar a quienes nos causen un daño a la salud que cualquiera tendría que haber detectado de antemano. La familia que demandó a McDonalds por haber hecho de su hijo un gordo e insalubre adolescente, ¿por qué le consentía comer esa comida basura todos los días? Estas víctimas que sólo buscan el dinero y no se responsabilizan de su pasividad o complicidad con el “delito” culinario, deberían ser castigadas donde más les duele: quitarles el dinero de la posible indemnización y donarlo a un centro que promueva la comida sana entre los jóvenes, y no tan jóvenes. Pasa lo mismo con los fumadores. Si uno muere de muerte natural a los ochenta años habiendo fumado como un carretero, no pasa nada. Pero si a los cincuenta años contrae la estomatitis nacarada de los fumadores que deriva en cáncer de pulmón, demandará a las tabaqueras por envenenamiento. ¿Nadie le había dicho que fumar no era sano? Sólo sería demandable la empresa que nos fuerza a consumir sus productos o nos engaña con falsas propiedades. Preveo, no muy lejos, que alguien suspenderá un examen o unas oposiciones y sus padres demandarán a las televisiones acusándolas de haber entontecido al “pobre chico” con tanto programa basura. Y tendrán razón. Pero ellos son aún más culpables. Su estulticia o ignorancia les ha impedido inculcar a sus retoños pasatiempos más útiles.


Zaragoza, 3 de enero de 2018

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