miércoles, 23 de septiembre de 2015

Los dones inútiles

Se habla mucho del poder de la mente, de la telequinesis, precognición y otras facultades paranormales. Pero veamos el fenómeno desde una perspectiva inédita. A una persona se le concede el don de prever los acontecimientos con décimas de segundo de anticipación. Él lo cree así y lo experimenta. Décimas de segundo antes de que un muchacho se caiga de la bici, él es capaz de preverlo. Y así con cada uno de los acontecimientos de su vida. El don está ahí, pero ¿para qué le sirve? Cuando quisiera avisar a alguien de un suceso aciago, éste ya se habría producido. Ni siquiera le reportaría ningún beneficio a él mismo, pues el lapso entre su certera precognición y el suceso adelantado sería tan corto que resulta inútil. No puede evitarse ni el más ligero rasguño. Más que un don se podría catalogar de maldición, sería vivir en una película donde el dialogo se retrasa ligeramente del movimiento de los labios de los actores, creando una sensación de extrañeza que resulta desconcertante y molesta. ¿Cuánto tendría que aumentar el lapso de tiempo para que esa cualidad extraña pudiera serle útil a su poseedor? ¿Un segundo sería suficiente? Estaríamos en las mismas. Una película aún más asincronizada. Incluso cinco segundos serían poco efectivos si se quisiera advertir a los demás. El tiempo que se tarda en llamar la atención de la víctima y explicarle de qué se trata, llevaría más tiempo. Lo mismo sirve para cualquier tipo de los llamados poderes paranormales. ¿Y si con el poder de mi mente yo pudiera desplazar un objeto de una micra de peso la distancia de un milímetro? ¿O un objeto de un gramo una distancia de una milésima de milímetro? ¿Quién lo advertiría? ¿Quién advertiría mi don si yo fuera capaz de desplazar, con el solo poder de mi mente, un transatlántico una trillonésima de milímetro? ¿Y a quién serviría? Claro que podría mostrarme ufano de mi don a sabiendas de que nadie podría demostrar lo contrario. Y eso es lo que estoy haciendo. Sepan ustedes que están leyendo esto una milésima de segundo antes de posar sus ojos sobre las letras. Es mi don. Sólo quería que lo supieran.


Zaragoza, 23 de septiembre de 2010

2 comentarios:

  1. A esa precognicion, algunos la confunden con un "DEJA VU"y si NO la saben canalizar, entonces si que es una maldicion, un tormento que te puede volver histerico y paranoico

    ResponderEliminar
  2. De hecho he conocido personas que decían poseer una precognición. Sin embargo, ellas mismas fueron víctimas de sucesos nefastos. No intuyeron su propia desgracia.Y también he conocido a una persona que cambió el significado de la precognición - la cual no era positiva - y el buen agüero que anunció se cumplió tal como lo predijo.

    ResponderEliminar