miércoles, 13 de enero de 2016

Los primeros robots

En los últimos tiempos se está anunciando que los robots están por llegar y se expandirán entre los hogares como antaño los ordenadores. Y uno se pregunta, ¿qué tipo de robot será la punta de lanza de esta novísima industria, cuáles serán los primeros robots que se explotará de forma intensiva? Algunos, ingenuos, creerán que las investigaciones se encaminan hacia el robot doméstico, un androide que realice las tediosas labores del hogar o hagan de canguro para los niños. Pero cualquier avezado en modernidades, y con sólo echar un vistazo a su alrededor, a la propaganda, a la fuerza más viva de Internet, podrá advertir que la rama estrella de la robótica, aquella que atraerá a los más cualificados artesanos y técnicos (pues será la que mayores beneficios reporte) será la industria del sexo. Así ha sucedido con cualquier etapa tecnológica. Los vídeos impusieron el sistema VHS sobre el Beta (ostensiblemente mejor) porque la industria de películas pornográficas de Estados Unidos eligieron este sistema. Hasta hace poco los DVD’s de sexo superaban la venta de videojuegos. Internet está plagado de páginas de sexo. Prueben a poner la palabra “sexo” en cualquier buscador y observen el número de entradas que les da. Cuando se lancen los robots, no pierdan cuidado, la industria del sexo será pionera. El sexo que empuja con todo su peso las puertas de la tecnología. Bajo la consigna ciberótica: “Más placentero que hacer el amor COMO una máquina, es hacer el amor CON una máquina”, las sex-replicantes invadirán los sex shops y acabarán con las profesionales humanas dedicadas a la prostitución. Y es que una sex-replicante tendrá muchas ventajas sobre las actuales follatrices: no sólo su furor, más que uterino, será iterable (capaz de repetirse) sino que serán más sumisas, tendrán cuerpos más perfectos o adaptables, podremos programarlas para que satisfagan nuestros más perversos placeres y, cima de las ventajas, no olerán a sudor ni transmitirán enfermedades contagiosas. ¡Y yo con esta edad!


Zaragoza, 13 de enero de 2016

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