miércoles, 24 de agosto de 2016

Las enseñanzas de Maquiavelo

¿Inventó o dedujo Maquiavelo los consejos que aparecen en El Príncipe? Fuera lo que fuera estoy seguro de que los príncipes de su época le echarían en cara que airease sus métodos. Pero lo que vino a descubrir Maquiavelo, y es válido para cualquier época, es que el ciudadano ordinario posee un código ético muy superior al de sus gobernantes. En la antigua China, las cosas fueron, durante algún tiempo, diferentes. Lao Tse, anti-maquiavélico, decía que gobernar un estado era como freír un pequeño pez. Había que prevenir que éste se quemase o quedase crudo. Se necesitaba una mano cuidadosa. Pero no sólo era teoría. En el año 201 antes de nuestra era, cuando un general Ts’ao fue nombrado gobernador del populoso estado de Chi, eligió a un viejo filósofo taoísta para que fuera su consejero principal. Este consejero le dijo al general que el mejor modo de gobernar su gran estado, que comprendía sesenta ciudades importantes, era no hacer nada y dar un descanso al pueblo. El gobernador siguió su consejo y durante los nueve años que duró su gobierno el pueblo prosperó y su administración fue considerada la mejor del imperio. Igual a Maquiavelo también se le ocurrió esta solución, pero previendo que se mofarían de él los príncipes, prefirió alabar su vanidad desvelando sus crueldades. Pero no se piense que a Maquiavelo sólo le siguen los políticos de derechas. Las dictaduras comunistas, en un intento de crear sociedades indestructibles, mezclaron la política de Maquiavelo y el sistema suasorio de los jesuitas: para el cuerpo la violencia sola, para el espíritu la mentira y la propaganda. Bakunin ya lo denunció. Y es que Maquiavelo vale tanto para una hornacina como para una insignia.


Zaragoza, 24 de agosto de 2016

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