miércoles, 10 de diciembre de 2014

Noticias sobre el zen



Dibujo de un monje zen, presumiblemente un maestro zen. El zen, esa filosofía que construye jardines minimalista y nos guía hasta la iluminación (satori) lanzándonos al cerebro acertijos paradójicos como: ¿Cuál es el sonido de una sola mano aplaudiendo? Ante semejantes preguntas-paradoja el aprendiz se concentra y trata de penetrar en la naturaleza misteriosa del acertijo (koan), hacerla ceniza de fotones, descomponer su luz para que ilumine su interior. Y no podrá, me refiero al pobre novicio, evitar preguntarse si el maestro está en el secreto y, de estarlo, si le hará partícipe de él. Y en un ataque de atrevimiento se lo pregunta, y el maestro le mira condescendiente y calla, o le pega con su vara que utiliza para mantener despiertos a los monjes que, de tanto reflexionar en postura de loto, se adormecen.
            Reza un dicho zen: “Hablad sin usar vuestra lengua”. Y los maestros enseñan que Buda Gautama predicó durante cuarenta y nueve años y en todo ese tiempo no consideró necesario decir una sola palabra. Y es que el zen es, también, laconismo y paciente espera; lejos de toda esa horrible ferralla pensatriz de la filosofía occidental.
            Pero la anécdota que, en mi opinión, mejor define la filosofía zen es cuando el maestro Ikkuyu, antes de morir, escondió entre sus ropas un montón de fuegos artificiales para que cuando lo quemasen en la pira siguiendo el ritual, despedirse de sus compañeros y discípulos con la alegría de los fuegos de artificio. ¿Qué mejor despedida? ¿Qué más distante de la tenebrosidad de los entierros y funerales católicos, apogeo de una civilización dominada por la mentalidad expiatoria?
            Hay que cambiar nuestra visión de las cosas. Después de todo, y como dijera Maurice Bejart, puede que el Everest no sea sino un pozo de 8.840 metros de profundidad.

Zaragoza, 10 de diciembre de 2014

3 comentarios:

  1. yo no se hacerlo, pero mi padre si era capaz de aplaudir con una sola mano.
    dejando muerto el dedo indice y sacudiendo la mano lo hacía chocar contra el dedo corazón produciendo un solido parecido al aplauso.

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  2. Tu crees que alcanzó la iluminacción? En aquella época era más fácil, pues la electricidad estaba más barata. Que bueno que comentes.

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  3. En tema de funerales, espero que para los míos se celebren con un colorido Carnaval. Creo que me lo merezco!

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