lunes, 15 de abril de 2019

La civilización


La civilización

Una frase que debería hacernos reflexionar: “El camino de vuelta de una civilización es mucho más corto de lo que uno cree”. Es de Pierre Drieu La Rochelle. Es ella se nos advierte del peligro de dar por sentado muchas de las conquistas de nuestra sociedad. Es tan fácil perderlas. Y es que cuando la capa ligera de la civilización desaparece, el hom­bre en todas partes se convierte en una bestia sanguinaria, el ciudadano deviene animal feroz. Un retorno a los comienzos.
Se cuenta que un náufrago, después de haber errado largo tiempo por tierras desiertas o habitadas por salvajes, llegó, finalmente, a un país en el cual el primer objeto que vio fue una horca con un cadáver que colgaba de ella. Entonces el náufrago exclamó: “¡Gracias a Dios, ya me encuentro en un pueblo civilizado!”
         Y es que la caída de los imperios y las civilizaciones que se observa con tanta frecuencia, es el resultado de que los hombres sabios y sensatos han sido apartados del gobierno por gente de linaje oscuro e intenciones más oscuras, gentes incapaces, ignorantes, fanáticos del rendimiento neto y ocupados principalmente de hacer fortuna. Ello nos lleva a una civilización que destruye la sencillez y la poesía por la fiebre del dinero y ambiciones vulgares.
Hay quienes sostienen que el resultado más alto de la civilización consiste en llenar el ocio inteligentemente. Otros que la verdadera civilización no está en la calefacción central, el agua corriente ni en los semáforos. Está en la disminución de las huellas del pecado original.
Es necesario defender la civilización, pro­tegerla, en primer lugar, del entusiasmo del hombre. La civilización no es una sucesión sin fin de inventos, sino la tarea de asegurar la duración de ciertas cosas.
         Es importante señalar la diferencia entre cultura y civilización. Cultura es una palabra de origen agrario: cultivar la tierra significa labrada, traba­jada para que dé frutos. Cultivar el espíritu o cultivar un pueblo significa labrados para que den frutos. La palabra rival de cultura es civilización. Civil significa perteneciente a la ciudad y civilidad significa cortesía, trato con los otros. En la palabra cultura encontramos un ele­mento productivo; lo esencial es la producción, dar fru­tos. En la palabra civilización encontramos un elemento de relación: lo que cuenta es que los hombres se entien­dan entre ellos.
         Por último, un consejo que debe tomarse muy en cuenta: “La civilización termina cuando los bárbaros escapan de ella”. Y eso está más cerca de lo que parece.

Zaragoza, 15.04.19



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