miércoles, 6 de mayo de 2015

¿Vamos bien por aquí hacia el frente?


“¿Vamos bien por aquí hacia el frente? Es que el GPS no funciona y nos hemos perdido”. Y el muchacho, granjero ingenuo, les dirá que no sabe nada de ninguna guerra por los alrededores, o les dirigirá hacia alguna ruta sin salida, una carretera perdida donde los obuses no puedan hacer daño. Contrasta la figura del muchacho a caballo, descalzo y sin camisa, el animal también sin enjaezar, con los militares completamente pertrechados. Son como las realidades que representan. Una sencilla, la otra retorcida; una cómoda y ajustada al ambiente, la otra revestida de estorbos malignos y a lomos de carro acorazado. Bajo un sol abrasador, el jinete se resguarda con un sombrero y se defiende del calor con poca ropa. Los soldados, con uniformes y pertrechos, a la calorina propia del ambiente han de añadir la que les causa ir dentro de un vehículo de hierro en cuyo interior deben hervir los sesos. Dos realidades, dos alteridades que se encuentran. Dos formas de vida. Creo que no es difícil discernir cual es la única razonable, la aconsejable. Pero sigue habiendo ejércitos bajo el sol. Y me temo que seguirán por siempre. Hasta que no haya sol. Circunstancia que, gracias en parte a esos mismos ejércitos, está cada vez más cercana. Nada nuevo bajo el sol.

 

Zaragoza, 6 de mayo de 2015

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